Precio: 17100.00
La necesidad de una actitud crítico-reflexiva surge de la observación de las conductas en las que se percibe que muchos profesionales de las Ciencias de la Salud tienen una cierta pasividad, una aceptación ciega de los saberes de los que son portadores. Esa pasividad conlleva no sólo una determinada postura epistemológica sino también, y esto es lo preocupante, una cierta postura en el ejercicio profesional. Esta actitud acrítica no puede menos que concluir en una visión dogmática de los saberes que se poseen. Y nada estaría más lejos del espíritu científico que una visión cerrada, negadora de otras aproximaciones, de otras lecturas de la realidad, de otras preguntas acerca de la misma y de otras soluciones. Arrojado al mundo, el hombre está frente a todas las posibilidades, y una de ellas es el conocimiento. Y éste se le ofrece según la manera en que él se le acerque. Los autores de este libro plantean que el conocimiento en las Ciencias de la Salud presenta tres problemas: 1) Ontológico: ¿cuál es su objeto cognitivo?; 2) Metodológico: ¿cómo se aborda ese objeto?; 3) Epistemológico: ¿cómo se produce el conocimiento? Todos los días los profesionales de la salud se enfrentan al dilema de si tratan enfermedades o seres humanos enfermos. ¿Se ocupan del 'caso'? ¿o del hombre o mujer sufrientes?. Y en este punto se toca la tan repetida cuestión acerca de si las Ciencias de la Salud son ciencias o artes, en el terreno de la aplicación práctica de los saberes.